lunes, 15 de junio de 2009

La Solidaridad en el pensamiento de Smith

Las personas hablamos y escribimos desde el nivel de evolución moral alcanzado, en otras palabras cada pensamiento o teoría refleja y describe dicho nivel. Y esto es válido desde Gautama hasta Adam Smith, desde Cristo hasta Kant, o desde Platón hasta Habermas. Unos subieron más alto que otros, y supongo que a todos los alcanzó la muerte antes de seguir escalando (¿o será que la historia del final de Cristo es el ejemplo más claro de evolución narrado de manera tan sencilla por la biblia, en la hermosa metáfora de la resurrección?).

La vida es una escuela y a todos sin excepción nos espera la misma ruta, el mismo riel, la misma calzada. Algunos nos desviamos, otros nos entretenemos, otros preferimos quedarnos en una parada y disfrutar mientras tanto, otros –sin una razón aparente- buscamos la ruta más enrevesada, algunos perdemos la pista, otros la brújula, y otros nos extraviamos por completo.

El orden mundial actual responde a un modelo neoliberal, el cual a su vez procede del liberalismo planteado años atrás por Adam Smith. Esta ideología representa una parada en la ruta que pareciera hoy por hoy tener visos de haber formado una ciudad tan inmensa y magnánima que a muchos nos impide ver la continuación del camino. Es más, a muchos ya ni nos interesa seguir avanzando, porque esta ciudad es tan atrayente y persuasiva que olvidamos nuestro propósito y queremos quedarnos por aquí.

El orden en el que actualmente está planteada la economía mundial y sobre la que se asienta una forma de vida de transacción y competencia, es pura ilusión, y al permanecer así corremos el riesgo de contribuir con nuestra propia destrucción. El postulado más difundido de Adam Smith nos dice que el ser humano es egoísta por excelencia, por lo que las relaciones que se establecen entre personas son ulteriormente transacciones comerciales. Desde este punto de vista, nos relacionamos y movemos en el mundo principalmente estimulados por la necesidad de satisfacer los propios intereses y sin consideración alguna por las necesidades de los demás. En su libro “La Riqueza de las Naciones” refiere:

"…no es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino la consideración de su propio interés…"

Hoy en día encontramos numerosas instituciones en nuestro medio donde se imparten cursos de conciliación y enseñan a las personas a negociar, las relaciones son en realidad un pacto de intereses, donde las partes miden cuánto es lo que van a ganar y cuánto lo que cederán. Smith planteó su pensamiento desde su propio nivel moral el cual pareciera ser el mismo que conseguimos alcanzar muchas personas. Dicho nivel hoy en día sustenta las relaciones entre las personas: la negociación de intereses, la capacidad de “repartir el pastel”, la actitud de "cuánto gano". Pero con esta perspectiva no hay lugar para la empatía y solidaridad.

Sin embargo, si le seguimos el rastro al pensamiento de Smith podremos encontrar lo que parece ser la subida a un nuevo peldaño, el germen de una teoría totalmente nueva y distinta, y que incluso pareciera contradecir sus postulados. En su libro Teoría de los Sentimiento Morales afirma lo siguiente:

“La humanidad consiste meramente en el exquisito sentimiento hacia el prójimo, que el espectador abriga respecto del sentimiento de las personas principalmente afectadas, de tal modo que llora sus penas, resiente sus injurias y festeja sus éxitos. Los actos más humanos no exigen abnegación ni dominio sobre sí mismo, ni un gran esfuerzo del sentido de lo apropiado. Consisten simplemente en hacer lo que esa exquisita simpatía por sí sola nos incita a llevar a cabo”

Y más adelante añade:

“Jamás se es generoso sino cuando de algún modo preferimos otra persona a nosotros mismos, y sacrificamos algún grande e importante interés propio a otro igual interés de un amigo o de alguien que es nuestro superior”.

Parecieran los albores de la empatía y la solidaridad tal como los entendemos ahora, aunque son conceptos que quedaron allí y que Smith no alcanzó a desarrollar. El acto solidario en este punto del pensamiento de Smith está libre de transacción y recompensa, en el cual necesidades de agradecimiento o vanidad que podrían sustentarlo, quedan fuera. Lamentablemente no podremos saber cual hubiese sido el curso de la evolución de su pensamiento si la muerte no lo hubiera alcanzado antes. Lo que me queda claro es que todo pensamiento debe ayudarnos a mejorar como seres humanos y no buscar teórías que justifiquen la ambición desmedida o el afán de lucro.

lunes, 8 de junio de 2009

En nombre del progreso

Los nativos amazónicos son los custodios de nuestra riqueza y de la humanidad, ellos tienen la sabiduría que nosotros los occidentales hemos perdido hace mucho tiempo atrás, rodeados de ilusión nos creemos el centro del Perú y los dueños de la verdad. Son los nativos quienes están sacando la cara no sólo por nuestro país, sino por toda la humanidad. No necesitamos que se venda nuestra amazonía para traer progreso o desarrollo, necesitamos voluntad política en nuestros gobernantes y clase dirigente para formar un Perú con verdaderos ciudadanos que opinen y tomen decisiones razonadas, que no se dejen embaucar por gente que solo busca sus propios intereses.

A continuación, una historia de explotación petrolera en el Río Corrientes, territorio Achuar del norte de la Amazonía Peruana, que muestra la barbaridad que ocasionan las petroleras en nuestra tierra. Y aún así los gobiernos de turno siguen dividiendo al país en lotes de explotación petrolera. Los lotes 1-AB y 8 se ubican en las tierras ancestrales de los Achuar del río Corrientes, en el norte de la Amazonía peruana. Al principio de los años 70, los derechos para explotar estas tierras ancestrales de los achuares fueron concedidos a Occidental Petroleum (OXY). Mas adelante las operaciones fueron transferidas a la compañía argentina, Pluspetrol



Cómo no van a estar hartos!

domingo, 7 de junio de 2009

Alcemos nuestras voces

El país nuevamente sangra, y por la misma herida. Persisten intereses mezquinos y prepotencia, manipulación e indiferencia, diálogo de sordos y violencia, otra vez exclusión, otra vez intereses creados, y quienes más pierden son quienes están al medio, los pobladores, las diferentes etnias que piden lo justo, que se les consulte, que se los involucre en las decisiones y se les respete. Una vez más el gobierno de turno se hace de oídos sordos hacia los más pobres, una vez más el gobierno de turno se embelesa con el poder y se olvida que el Perú está más allá de sus narices, que nuestro país quiere ser atendido, necesita ser reconocido. Y esto es tan válido en la selva que ahora se encuentra ardiendo, como en el friaje tan intenso que está matando niños en el sur, y que sólo se apela a las buenas intenciones de los ciudadanos, y con eso el gobierno pretende olvidar de la responsabilidad que debe asumir.

Nuestra selva ha sido olvidada por largos años, y es ahora con la crisis global que surgen trasnacionales ávidas por nuestra madera, petróleo y demás que los saquen de la crisis. ¿Y nuestra gente qué? ¿Y por qué no se hicieron proyectos sostenibles con nuestros grandes recursos antes? ¿Por qué no se intentó actuar con inteligencia en lugar de violencia? ¿Por qué ahora se habla de los azuzadores de izquierda -que de hecho los hay- y antes se tenía a la selva ovidada, y no se hizo nada? Y es que los gobiernos no ponen los ojos en la gente, sólo los ponen en sus billeteras y sus ansias de poder.

Por otro lado, es indignante ver cómo los canales de televisión trasmiten la noticia de manera sesgada, entre otras cosas sólo hablan de los policías muertos, y no de los nativos muertos, como si estos no existieran para ellos. Al igual que nuestros compatriotas en la selva, tampoco estoy de acuerdo con esos decretos que vulnera sus derechos y los de nuestra Amazonía. Y creo además que los responsables de ambos grupos deben de pagar por lo que han hecho, y con el mismo rigor tanto los asesinos de policías, como los asesinos de civiles. Y de nuestro lado, desde la comodidad de nuestro hogar quienes estamos lejos del conflicto, nos toca despertar, salir del letargo, alzar nuestras voces, no nos dejemos engañar, no permanezcamos indiferentes.

viernes, 5 de junio de 2009

Ciudadano en tu entorno, Ciudadano del mundo

ciudadano en tu comunidad, en tu región, en tu patria, participa en ella, en todos los aspectos que te conciernen, pero no te olvides que también eres un ciudadano del mundo, y aunque quisieras no puedes escapar de esta realidad, por lo tanto nada de lo humano te puede resultar ajeno, perteneces a la comunidad donde naciste, trabaja por ella, pero no seas indiferente al resto, formas parte de una comunidad universal conformada por gente como tú, que siente y piensa, que trabaja y vive, que sufre y es feliz, que tiene una familia como la tuya, y amigos como los tuyos, no olvides que el sol nace para oriente como para occidente, en el norte y en el sur, y que el mar es uno solo, a pesar de todos sus nombres.

Para ser ciudadano del mundo se empieza por la propia tierra, es la idea de la solidaridad ampliada de Rorty, el ser humano desde que nace empieza a hacerse consciente de sí mismo, luego de su familia y de las personas más cercanas, el niño debe empezar a salir de su primer egocentrismo, en la socialización debe aprender a compartir, a saber que las cosas no son sólo de él o para él, aprende a trascender su sí mismo en el seno de la familia, primero lo hace negociando, sus juguetes, sus golosinas, sus objetos, su comportamiento, dará sabiendo que ganará otra cosa, el niño aprende a transar. Más adelante, y mejor si es acompañado de una buena educación de la sensibilidad, aprenderá a sentir por el otro, por sus hermanos, por sus padres, aprenderá a ponerse en los zapatos de ellos y a tener sus primeros sentimientos de desprendimiento, y a sentir satisfacción cuando el otro es feliz. Este punto es ya el segundo avance evolutivo después de la negociación, algunos le llaman sensibilidad, otros lo entienden desde la empatía, pero en verdad lo más importante es el proceso, el pase del egocentrismo a la solidaridad.

La solidaridad no es caridad, no es la posición de superioridad de quien estira la mano y alarga una limosna, sino por el contrario, ponerse al lado, e incluso más abajo, y desde allí servir al otro. La solidaridad tampoco es el letrero de “Soy Voluntario”, del “Yo tengo el Poder para servirte”, y “mientras más te sirvo más poderoso, importante, y capaz soy”, lo cual sigue siendo egocentrismo, disfrazado, pero egocentrismo al fin y al cabo, de quien necesita alimentar su ego y sentirse importante. Y no es fácil evitar la oportunidad de sentirse reconocido. El solidario lo es siempre y en todo lugar, no espera las oportunidades del terremoto, el huracán , el huayco, el friaje, la teletón o lo que sea, el solidario lleva la sensibilidad y la iniciativa en los huesos, las hace parte de su vida, y entonces, cuando un vecino tiene un problema, él le brinda su hombro, cuando su hermana tiene un problema, él le brinda salidas, cuando un desconocido tiene problemas él le ofrece un apoyo, no espera que se lo pidan, él ofrece, da, se pone al lado, quiere servir.